Desde el momento en que me enfrento a un lienzo en blanco, siento una mezcla de incertidumbre y emoción ante las infinitas posibilidades que se abren ante mí. Es entonces cuando el automatismo se convierte en mi herramienta para plasmar en la tela las emociones que en ese momento siento. El caos, el azar y el orden comienzan a interactuar en una suerte de batalla creativa que termina por gestar la obra.
Mi búsqueda artística comenzó en el expresionismo abstracto, pero desde entonces he explorado una variedad de dilemas que van desde lo emocional hasta lo espiritual. La experimentación es constante, y utilizo los materiales como herramientas para expresar lo indecible. Pero no me conformo con simplemente crear algo visualmente impresionante; para mí, la conceptualización es crucial para otorgarle un nuevo significado a la obra.
Mi objetivo como artista es transmitir mis emociones más profundas, aquellas que conectan con el espectador y lo llevan a reflexionar sobre el sentido de la existencia humana. Sigo la idea de Nicolas Bourriaud de que mi arte es el resultado de un encuentro dinámico con otras formas de arte, y por eso elijo la realidad aumentada para lograr un diálogo entre lo analógico y lo digital. Sumando lo real y lo virtual, creo un intersticio que inquieta al espectador y lo obliga a abandonar su pasividad.
El tiempo, la presencia, la ausencia, el cambio, la finitud de la vida, lo efímero de la existencia, el silencio, el vacío, las pasiones: son solo algunos de los temas recurrentes en mi obra. Luis Gruss decía que sería conveniente dejarnos habitar por el vacío, como continente básico del deseo en cualquiera de sus formas. Por eso, en mi obra busco explorar el vacío y su relación con la existencia humana.
Además de esto, me interesa mucho explorar el arte generativo, utilizando algoritmos y programación para crear obras que se generan de manera autónoma. La matemática y los fractales son fuentes de inspiración para mí, ya que me permiten crear patrones y formas complejas que se asemejan a la naturaleza y sus procesos.
La naturaleza y sus procesos también son un tema recurrente en mi obra. Considero que la belleza y la complejidad de la naturaleza son una fuente de inspiración inagotable. Además, también me interesa explorar temas sociales y humanos, como la identidad, la memoria, la relación con el otro y la sociedad en general.
En definitiva, mi obra es una búsqueda constante de nuevas formas de expresión y de conexión con el espectador. Utilizo la exploración de temas profundos y universales, así como técnicas y tecnologías innovadoras, para crear obras que inquieten al espectador y lo obliguen a formar parte de la obra, reflexionando juntos sobre la existencia humana y los dilemas que nos atraviesan.
En resumen, mi manifiesto representa mi búsqueda por expresar mis emociones más profundas a través del arte, transmitir un mensaje que va más allá de las palabras y las imágenes y crear obras que inviten al espectador a reflexionar sobre la existencia humana y los dilemas que nos atraviesan.
Soy una artista visual argentina nacida en Buenos Aires el 23 de agosto de 1957. Licenciada en análisis de sistemas de la Facultad de INGENIERÍA de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En el campo del arte me he formado con los maestros Víctor Chab, Ernesto Pesce, Juan Doffo y Eduardo Médici. He realizado varias muestras colectivas e individuales en diferentes ciudades de Argentina, así como en Miami, Londres y México. He recibido distinciones en Salones Nacionales y Municipales, y mi obra forma parte del acervo del Museum of the Americas (MOA) en Miami, EE. UU., y CETYS Universidad en Mexicali, Baja California, México. Actualmente me encuentro cursando el Programa de Actualización en Tecnologías en el arte contemporáneo que se dicta en el Posgrado de la Facultad de FILOSOFÍA y LETRAS de la UBA.
Algo extraño sucede cuando nos enfrentamos a los cuadros de Roxana Herz,
o por lo menos a mi me sucede: miro, y cuando aparto la mirada y vuelvo a mirar tengo la extraña sensación de que en la superficie del cuadro algo que estaba ahora no está, e inversamente algo que no estaba de pronto se manifiesta, como si algo se corriera de lugar, como si algo saliera de los bordes de la tela y volviera a entrar camuflado en otra cosa. Esa sensación, provocada tal vez, por la acumulación de pinceladas y colores, por los pliegues y repliegues de la propia pintura ensimismada en la urgencia de apresar algo antes de que todo se disuelva en un magma impredecible, esa sensación, tal vez sea la que la artista logra contagiar al espectador quien en su afán de retener alguna forma resulta siempre desairado. Y no es poco, pues es así como la mirada es obligada a volver una y otra vez al cuadro, como si debiera terminar de pintar con los ojos aquello que para el artista son siempre, las huellas y trazos de lo que no puede alcanzar.
- Eduardo Médici
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